sábado, 20 de noviembre de 2010

La abolición de la esclavitud

Un decreto de Echenique ofreció la libertad a los esclavos que quisieran darse de alta en el ejército.
Este acto fue llamado por Francisco Bilbao en un escrito "La prostitución de la filantropía" . El decreto firmado por Castilla y Ureta en Huancayo el 5 de diciembre de 1854 proclamó la libertad de todos los hombres que pisaban el territorio de la República. Tan trascendental acto tuvo origen incidental en el ofrecimiento de Echenique. Y se basó también en un fundamento doctrinario: para Ureta, unido entonces a los hombres que representaban la ideología liberal, la existencia del régimen de Echenique se explicaba por la falta de conciencia cívica del país debida a la sujeción popular que, en relación con el proletariado de la costa, tenía una de sus causas en la esclavitud.

Cabe afirmar que, de acuerdo con la legislación civil vigente a partir de 1852, el esclavo no era propiamente "cosa" pues se le reconocía la capacidad de ejercer determinados derechos; si bien tampoco entraba dentro de la categoría de las personas ya que estaba sujeto a claras limitaciones.
Se había adelantado, sin embargo, bastante en el camino hacia la manumisión.

Algunos hacendados pidieron la degoratoria de los artículos del código civil que otorgaban plenitud de derechos a los hijos de los libertos. El gobierno de Echenique rechazó este pedido. Este mandatario, en la segunda fecha de su llegada al poder ordenó la libertad de un número de esclavos por sorteo hecho en la plaza mayor de Lima; y declaró libres a ciento dieciséis venidos de Nueva Granada.

La manumisión general que el decreto de Castilla y Ureta ordenó, prometió indemnizaciones para los amos. Su consecuencia inmediata fue el desarrollo del bandolerismo, así como el aumento en el precio de los víveres. Santiago Távara al defender a pesar de ello, la radical medida adoptada por Castilla y Ureta, expresó que la sociedad redimió de un crimen pagando un poco más; y que la alimentación del pobre, a base de granos y plantas tuberosas, no tenía relación con los brazos de los negros y estaba, por lo tanto, al margen de la carestía.

Los esclavos manumitidos llegaron hasta 1860 al número de 25 505. A 300 pesos por cada uno, ascendió entonces a la suma de 7 651 500 pesos el precio de la manumisión. Según se ha dicho, ese número fue aumentado por personas inescrupulosas.

No provocó la abolición de la esclavitud en el Perú luchas sociales, enconos de región a región, ni tampoco guerras civiles.Más bien, fue decretada al finalizar una contienda intestina que ya ensangrentaba al país por otras razones, algunas de las cuales tenían afinidad ideológica con este acto de libertad. Pero que si los negros variaron radicalmente de condición, no se produjo auténtico cambio en la estructura social, lo comprueba la llegada de los "coolíes" chinos, cuyo número aumentó precisamente después de la manumisión.


"Historia de la República del Perú", T.IV
Jorge Basadre



Marysol Gómez y Jhonasi Rebaza

No hay comentarios:

Publicar un comentario